domingo, 25 de noviembre de 2018

Gripari


Gripari, un francés de lo más extraño, ya fallecido. Tiene algunos pequeños libros de cuentos en la zona infantil de las bibliotecas. Pero escribió también cosas como esta.


"Yo era un bosque donde debía encontrarme con una chica... Pero ella no era mi sueño, sino yo el suyo. Yo no tenía existencia propia, sólo estaba ahí porque ella dormía, sólo vivía en su fantasía, era imaginario, ficticio, era su ideal nocturno, su Príncipe Encantado...
De modo que estábamos los dos en ese bosque, pero separados por la vegetación, y nos buscábamos el uno al otro. Yo la atisbaba de vez en cuando entre los árboles... Ella me veía también e intentaba reunirse conmigo. Pero no se las ingeniaba bien. Yo hacía cuanto podía para que me encontrase, pero ella siempre elegía un camino erróneo.
Eso me causaba un hondo pesar. Por ella, no por mí. Al fin y al cabo, yo no existía, ¡y a mí que más me daba! Pero, de todos modos, ¡era exasperante! Está perdiendo un tiempo precioso, me decía yo. Podríamos estar juntos desde hace media hora... ¡Si no pido nada más! En vez de eso, enseguida vendrá su madre y la encontrará amodorrada en la cama, en su habitación, en su mundo, ¡y yo ya no existiré! ¡Menudo avance habrá hecho!
Al fin logramos vernos ella y yo, cara a cara, a ambos lados de una gran alameda. Ya no había obstáculo entre nosotros, ¡sólo espacio libre! Le tendí los brazos y me encaminé hacia ella, despacio, muy despacio... Ella permaneció un un segundo inmóvil, incrédula, encantada... Y luego corrió hacia mí con todas sus fuerzas, con toda su alma y todo su deseo...
Iba a abalanzarse contra mi cuello cuando se oyó una voz de mujer que gritaba decididamente en un tono falsamente jovial:
-¡Al colegio! ¡Al colegio!
Era su madre. Ella se despertó enseguida, y yo, por supuesto, desaparecí."


P. Gripari. Les vertes lectures, M Tournier, traducido por Marta Pino para Nortesur, 2009.

No hay comentarios:

Publicar un comentario