Hoy me he enterado de que hay bastantes pequeñas adolescentes vallisoletanas enamoradas de grupos de música surcoreanos que no me suenan de nada. Cosas que se aprenden en las ferias del manga, de chavales a medio hacer, soñadores y pelín desubicados. Y esa mezcla de olor a hamburguesa, caramelo, plástico y clase de instituto...
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