Dos de seguridad acompañan a un tipo pequeño, delgado, con malos pelos y piel curtida. Le hablan bajito, en tono amistoso y calmado, para que los clientes no se alboroten más de lo necesario. "Así que te ibas a llevar eso sin pagar, ¿no?", comenta uno. "Que no, que noooo...", responde el ladronzuelo, con el deje arrastrao. "Si yo iba a pagar, pero el día 25".
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