Ivanhoe. De mis películas favoritas de los sábados por la tarde. No por las trifulcas de los sir caballeros, ni por la gallardía un tanto blandengue de Robert Taylor, sino por el perturbador Bois-Guilbert, maravilloso George Sanders, entregado a su propia destrucción a causa de su amor no correspondido por Rebeca. El otro día pasé unas horas en la biblioteca entretenida con la novela. Me llamaron la atención las citas que incluía Walter Scott al inicio de cada capítulo. En varias pone que proceden de una 'obra antigua', aunque apuntan que el autor era posiblemente el propio Scott. Recupero esta cita, preciosa, que no viene mal para celebrar mañana nuestra Constitución, la norma de todos:
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