lunes, 10 de mayo de 2010

La Vera Cruz, al tacto

Estuve buscando algo segoviano en las casetas de la Feria del Libro, que cerró este domingo. Lo que más me llamó la atención fueron una par de láminas de un libro que tenían en la caseta de la ONCE, con el fin de acercar a los videntes la lectura en braille. Una mostraba la Vera Cruz y otra, el castillo de Coca. He conocido a grandes lectores ciegos, aunque normalmente prefieran los audio-libros al tacto, entre otras cosas porque una novela en braille ocupa varios volúmenes. A muchos les encanta pasear por el laberinto de ruidos que mece la ciudad. Tienen sus zonas favoritas, sienten el calor del sol o la sombra de los árboles, el frescor por la cercanía del río o el barullo de voces de clientes que aguardan turno en un mercado. Es importante que estos vecinos tengan su espacio en la Feria del Libro: las palabras son siempre valiosas, pero aún más para ellos.

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